La tercera cita...

Y ahí estabas de blanco y tus zapatillas debajo de la lluvia se abrió la puerta del carro un calido beso se apodero de mis labios, como siempre tu risa por cualquier comentario acertado estallo de tu boca llenando mis labios de una sutil carcajada... Tu bolso una vez mas, ocupa el lugar que mi mano desea tener, lo percibes y despejas el área, entonces nuestras manos se entrelazan, no dejas de platicarme tus anécdotas mientras nos dirigimos a mi departamento... Días atrás jugamos entre líneas por mensajes como tendríamos ese tórrido encuentro tan deseado, y estabas ahí sentada en mi sillón bebiendo un vaso de agua y yo deseándote en cada movimiento que realizabas, no parabas de hablar y hablar y yo de imaginarte entre mis brazos, de repente mi instinto te robo un beso y los ánimos subieron, te pregunte al oído si estabas segura y me susurraste, lo deseo tanto, te tome de la mano y nos dirigimos a la alcoba sin remordimientos, nuestros besos fueron de los labios a tu cuello te estremeciste y no parabas de decir mi cuello no, mi cuello no, cuando lo q mas deseabas ya lo estabas sintiendo, mis torpes manos desabrocharon tu blusa, y pude mirar tus hermosos senos, brotando tus pezones sobre ellos, la sensación de mi mano sobre tus senos hizo presente la humedad en mi sexo, mis manos seguían por tu piel librando la batalla con tu ropa, mientras que nuestras bocas descubrían mil maneras de besarse.. Por fin completamente desnuda y excitada, mis dedos se enfrentaron a la humedad de tu sexo donde tu clítoris sucumbió a mis deseos, y estabas ahí al pie de mi apetito, besándonos, sintiéndonos, descubriéndonos... Mi anhelo no podía esperar mas y penetre tus entrañas de las que me regalaste el elixir de tu ser, tu piel erizada y el contoneo de tus caderas me hicieron descubrir tus múltiples orgasmos... Ya es tarde y aun que volvimos a compartir sensaciones, tenias que irte aun que entre tus brazos era agradable sentirte.