Autoestima

Muchas veces sentimos que tenemos tantos problemas que no podemos salir adelante, nos sentimos agobiados incapaces de lograr lo que nos propongamos y nos dejamos abatir fácilmente ante las adversidades. Pero también en caso contrario podemos ser capaces de salir adelante, de lograr nuestros objetivos de sentirnos bien y ser optimistas en todo momento.
Todos tenemos en nuestro interior sentimientos que según nuestra personalidad se manifiestan de diferentes maneras, y estas manifestaciones dependen de muchos factores que influyen positiva o negativamente en nuestra formación ósea en nuestra Autoestima.
Es cierto que no todos contamos con el mismo nivel de Autoestima, los mismos recursos, económicos, sociales o intelectuales y es muy fácil dejarnos arrastrar por las dificultades, a convertirlas en nuestro verdugo y subestimar nuestra capacidad para resolverlas y avanzar creativamente.
Gracias a la autoestima que manejemos nos hace libres y poderosos para resolver nuestras dificultades para superar las retos diarios. Es el sentimiento valorativo de nuestro ser, el conjunto de rasgos corporales, mentales y espirituales que hacen nuestra personalidad. Esta se aprende, se modifica y se mejora a lo largo de nuestras vidas.
Cuando somos pequeños es cuando comenzamos a formarnos un concepto de cómo nos ven nuestros padres, maestros, amigos, etc., y las experiencias que vamos adquiriendo es lo que fortalece nuestra Autoestima.
Según como se encuentre nuestra autoestima, es responsable de nuestros fracasos o logros, ya que esta si es adecuada, vinculada a un concepto positivo de mí mismo, potenciara mi capacidad para desarrollar habilidades y aumentar mi nivel de seguridad personal, mientras que una autoestima baja me enfocará a la derrota.


Es por eso que debemos siempre estar concientes de nuestro potencial y nuestras necesidades reales, de amarnos incondicionalmente y confiar en nosotros para lograr objetivos, sin fijarnos en nuestras limitaciones o de las circunstancias externas generadas por los distintos contextos en los que nos corresponda interactuar.
Es siempre cuestión de grados y puede ser aumentada, siempre cuidando de no sobrepasar los limites, ya que siempre es posible amarnos más, respetarnos más o estar mas concientes de nosotros o de lo que nos rodea sin llegar a caer en el egoísmo, que es cuando solo podemos amarnos a nosotros mismos.
El aprender a querernos y respetarnos, es algo que se construye o reconstruye por dentro, depende, también del ambiente familiar en el que nos desarrollemos y los estímulos que este núcleo nos brinde.
En la violencia familiar las victimas y victimarios poseen un nivel muy bajo de autoestima, por un lado la víctima es maltratada sin que esta pueda poner límites y no se da cuenta del abuso. El victimario compensa lo inferior que se siente abusando de la victima.
Las heridas emocionales producidas en la niñez puede causar trastornos psicológicos emocionales y físicos, conduciendo a tener dificultades en la vida.
En el momento en que la persona afectada es adulta, trasmitirá tarde o temprano la humillación o maltrato a personas mas pequeñas o vulnerables. Es una cadena de abuso y poder hereditaria. Causantes de una baja autoestima.
La influencia que tiene la familia en la autoestima del niño es muy importante, ya que esta se trasmite con el ejemplo y la enseñanza de los primeros y mas importantes valores que llevarán al niño a formar su personalidad y su nivel de autoestima. Muchas veces los padres son dictadores y perjudican a sus hijos dejándoles marcas difíciles que los afectarán en el desarrollo de su vida. Sin embargo también existen los padres que los valoran y reconocen sus logros y esto hace que se afiance su personalidad.
Varias conductas frecuentes negativas revelan el desamor por uno mismo, perdida del equilibrio de la mente y el cuerpo y, por consiguiente, la urgente necesidad de restablecer la Autoestima, que es la pieza clave para todo tipo de relación en nuestras vidas: paternal, amorosa, de trabajo o simplemente social.