10/1/13

No es la condición en la que te ubicas si no en la del corazón q te desubica. Como un sube y baja hoy estas bien y solo un buenos días fue el causante de que el corazón se te saliera del pecho, pero tal vez mas tarde en cosa de segundos ya leíste que para alguien mas es incondicional. Y es que la memoria del corazón no perdona, las pequeñas cosas se gravan en el alma y la alimentan en la lucha diaria. En este largo camino son muchas las circunstancias que afectan e inquietan tu tranquilidad desde un día nublado hasta la fría oscura y triste noche, . Y otras tantas que te hacen disfrutarla como el calor del sol en una mañana húmeda o la sonrisa de un niño en el parque, el sonido de las aves, el abrazo de un padre, el beso del amante, la llamada inesperada, el mensaje tan esperado, son mas cosas bellas que disfrutar q malas q lamentar. Pero existen, están ahí y no puedes evitarlas lo q si puedes evitar es, experimentar varias de ellas, ignóralas, cerrarlas, desactivarlas, bórralas de tu vida. En lo personal el maravilloso mundo de la Internet ha marcado mi vida circunstancialmente, grandes amistades y amores terrenales me ha arrojado el mundo cibernético inclusive mi formación profesional se forjo en las noches interminables del ciberespacio. Hoy por hoy no puedo prescindir de tal condición mi trabajo lo exige, la vida diaria lo demanda. Pero también se que he dejado de tener el contacto de un buen apretón de mano o el calido abrazo de un amigo, las platicas interminables en vivo y a todo color deleitándonos con un aromático y delicioso café con los amigos, grandes maravillas cambiadas por las redes sociales que terminaron por provocar el silencio en las escasas reuniones que no están exentas de que los presentes adictos a los smartphones no se aparten de ellos sin poder evitar comentar el lugar y con quien se encuentran el estado en el q se encuentran y hacen nula la conversación entre los asistententes, muchas veces sucede otras veces no tanto. He dejado de escribir líneas directas y sinceras por el juicio que a estas antecede, por que de repente a mi conciencia le intimida el reproche? A caso he madurado la conciencia del prójimo, o me he vuelto demasiado vulnerable que el caparazón que me invalidaba la sensibilidad de la vida se ha desvanecido? Tal vez solo soy un títere fácil de operar, al gusto de su manipulador. Desactivar el sentimiento que me mantiene cerca de quienes tengo en la distancia o quienes existen en mi vida y por comodidad me conservan de este modo en sus vidas, tal vez no es justo pero si necesario, es el precio del sacrificio para conservar la tranquilidad y el bienestar integro de mis sentimientos… al menos mi mente se mantendrá al margen y no estará inquietante perdiéndose entre fortuitos comentarios. Gracias y hasta pronto maduremos en soledad.

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